El despido disciplinario es la decisión del empresario de extinguir la relación laboral por la comisión de un incumplimiento grave y culpable del trabajador. Es la manifestación más grave del poder disciplinario del empresario, y conlleva la pérdida del puesto de trabajo y la extinción de todos los derechos y obligaciones derivados del contrato de trabajo.
Sin embargo, el despido disciplinario no es una decisión irrevocable. El trabajador despedido tiene derecho a impugnarlo ante la jurisdicción social, y si el despido es declarado improcedente o nulo, el trabajador tendrá derecho a la readmisión en el puesto de trabajo o a una indemnización.
¿EN QUÉ CASOS SE PUEDE GANAR UN DESPIDO DISCIPLINARIO?
Para que un despido disciplinario sea considerado procedente, es necesario que se cumplan dos requisitos:
- El incumplimiento del trabajador debe ser grave y culpable.
- El empresario debe haber seguido el procedimiento legal establecido para el despido disciplinario.
En cuanto al primer requisito, el incumplimiento del trabajador debe ser de tal gravedad que haga imposible la continuación de la relación laboral. La gravedad del incumplimiento se valora en función de los siguientes factores:
- La naturaleza del incumplimiento.
- La intencionalidad del trabajador.
- El perjuicio causado a la empresa.
Por ejemplo, un despido por faltas repetidas de asistencia o puntualidad puede ser considerado procedente si las faltas son graves o reiteradas, o si causan un perjuicio importante a la empresa.
En cuanto al segundo requisito, el empresario debe haber seguido el procedimiento legal establecido para el despido disciplinario. Este procedimiento se establece en el Artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, y consta de los siguientes pasos:
- Debe notificarse por escrito al trabajador.
- Deben figurar los hechos que motivan el despido.
- Debe indicarse la fecha de efectos que tendrá el despido.
- Por Convenio Colectivo se podrán establecer otros requisitos formales como la apertura de un procedimiento contradictorio previo.
Si el empresario no ha seguido el procedimiento legal establecido, el despido puede ser declarado improcedente.
¿QUÉ ARGUMENTOS PUEDEN UTILIZARSE PARA IMPUGNAR UN DESPIDO DISCIPLINARIO?
Para impugnar un despido disciplinario, el trabajador puede utilizar los siguientes argumentos:
- Que el incumplimiento del trabajador no es grave y culpable.
- Que el empresario no ha seguido el procedimiento legal establecido.
- Que el despido es discriminatorio.
El trabajador puede alegar que el incumplimiento no es lo suficientemente grave como para justificar la extinción de la relación laboral. Por ejemplo, un trabajador puede alegar que una falta de asistencia justificada no es un incumplimiento grave y culpable.
En el caso de que el despido sea discriminatorio, el trabajador puede alegar que el despido ha sido motivado por un motivo discriminatorio, como la raza, el sexo, la religión o la discapacidad, pudiendo declararse Despido Nulo.
¿QUÉ POSIBILIDADES TIENE UN TRABAJADOR DE GANAR UN DESPIDO DISCIPLINARIO?
Las posibilidades de que un trabajador gane un despido disciplinario dependen de los argumentos que utilice para impugnarlo y de las circunstancias concretas del caso.
En general, las posibilidades de ganar un despido disciplinario son mayores si el trabajador puede demostrar que el incumplimiento no es grave y culpable, o que el empresario no ha seguido el procedimiento legal establecido.
También es importante que el trabajador cuente con la ayuda de un abogado especializado en Derecho Laboral. Un abogado puede asesorar al trabajador sobre la viabilidad de la impugnación del despido, y puede representarle ante la jurisdicción social.
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